EUROPA
PRESS
21 marzo
2017
El bótox se ha convertido en un
tratamiento clave para combatir los hongos provocados por exceso de sudoración
o hiperhidrosis en diversas partes del cuerpo como los pies, parte inferior del
pecho, axilas, ingles o incluso en uñas, algunas de las zonas más expuestas a
padecer micosis, según ha explicado el doctor de las Clínicas Diego de León,
Miguel de la Peña.
Las
utilidades del bótox son cada vez más variadas y van
más allá de los tratamientos antiarrugas, como ocurre en el caso de la hiperhidrosis
que puede acarrear consecuencias severas para la salud más allá del efecto que
pueda repercutir en complejos físicos y en la autoestima, según ha indicado el
doctor.
Complicaciones de los hongos
Los
hongos afectan a más de un 40 por ciento de la población al menos una vez a lo
largo de su vida y en ocasiones desencadenan en determinadas complicaciones
como infecciones a causa de la concentración excesiva de sudor en las partes
del cuerpo más propensas a padecerla.
Más de
la mitad de los casos de hongos están relacionados con dicha concentración de
sudor y humedad. De hecho, en el 80 por ciento de los casos nunca se llegan a
erradicar del todo y suelen reaparecer con el paso del tiempo.
Estas
patologías se dan de forma especial con la llegada de la primavera y el verano
debido al aumento de las temperaturas y al cambio de hábitos en la rutina
diaria.
Aplicaciones del bótox
Los
casos en los que más se ha percibido un aumento notorio de la demanda del bótox ha sido en las mujeres que presentan un exceso de
volumen en el pecho. En ocasiones se puede presentar la presencia de hongos en
la parte inferior de las mamas debido a la acumulación de sudor generada con el
roce continuo de la piel y la falta de transpiración.
Otro de
los episodios que más llama la atención es el exceso de sudor en los pies que
además de provocar la presencia de hongos, repercute en el mal olor. Cuando en
la planta de los pues de los pacientes se presenta este tipo de problemas, se
utiliza con cada vez más asiduidad el bótox.
La
aplicación del bótox en las axilas es utilizado para
combatir la hiperhidrosis, la zona corporal más común donde se utiliza el
tratamiento. Para ello, se realizan microinfiltraciones
que actúan sobre el músculo, relajándolo e impidiendo que se vuelva a producir
más sudor. Los resultados son efectivos en la primera semana desde su
aplicación y los resultados pueden durar más de seis meses.
El doctor
de la Peña también ha querido destacar que el bótox
también es utilizado para tratar patologías como la incontinencia urinaria, las
migrañas y los dolores de cabeza.
El
especialista ha explicado que esta versatilidad se debe al efecto que produce
inmovilizando o relajando el músculo sobre el que se aplica. Para todos sus
usos, los resultados no son permanentes, debido a que la toxina botulínica es
reabsorbida progresivamente durante los seis meses posteriores a su aplicación,
excepto en el caso de las axilas que pueden llegar a ser permanentes.
No es adecuado siempre
No
todos los casos son adecuados para el uso de la toxina botulínica como medida
preventiva para la aparición y reaparición de los hongos, es decir, solo es
recomendable en los pacientes con una segregación de sudor muy intensa, ha
advertido el doctor Miguel de la Peña.
En el
caso de que los antitranspirantes y otro tipo de fórmulas más convencionales no
funcionen, el bótox puede ser la solución más
efectiva para aliviar la sudoración excesiva al bloquear las señales nerviosas
que estimulan las glándulas sudoríparas, y por tanto, las consecuencias
derivadas de ésta, en mayor parte los hongos y otras enfermedades de la piel
como sarpullidos y eccemas.